Filmado en Fuente el Saz de Jarama, en la Comuna de la Felicidad, donde viven más de 30 personas de todo el mundo.

Abrimos las puertas de la intimidad de quienes comparten esta experiencia de vivir juntos aunque no son familia de sangre. Esta producción audiovisual no tiene voz ni palabras, sino solo música e imágenes, el mensaje es emitido por personas que viven su vida de una manera común y corriente.

Hemos recurrido a un tipo de comprensión que no depende del lenguaje hablado, sino que surge de la conexión con aquellos que no destacan, que no son famosos, que no buscan protagonismo, pero que están disfrutando el de lo simple con profunda intensidad.

Alverto, su director, ha dicho: “Me declaro discípulo de todos aquellos que me inspiran a la creatividad, a la inteligencia, al despertar de la consciencia, a la apertura de mi corazón, para ver los maravillosos detalles del día a día… haciendo de la vida una experiencia trascendente”.