Dejemos que llegue
Nada está en mis manos. Si nada depende de mí, entonces ¿De quién depende?
Mucha gente se pregunta ¿Cómo recuperar el poder del yo que nos ha sido robado para que retorne la autoridad personal perdida? Pero cuando se recupera, aunque el yo se empodera y se siente a gusto, no aporta la satisfacción, paz o auténtico poder.
Por ello en algún momento del camino de evolución interna llega ese momento de entregar el falso poder del yo, lo que los maestros han llamado sabiamente RENDICION INCONDICIONAL, para ponernos en manos de la vida, de la existencia, soltando el control y dejando atrás la ambición de dominar y la necesidad de hacer, ganar, tener y demostrar.
La autoridad que nace es desconocida, es una actitud auténtica porque es interna, es genuina porque no es dada por otros, es inofensiva porque no se utiliza para manipular a los demás; es la autoridad que surge del desepoderamiento del yo, destronando el dominio tirano de la personalidad y dando lugar a que el fluir nos guíe, desde la confianza que surge de estar en las mejores manos del amor y la aceptación. La autocompasión como la única y más poderosa autoridad interna.